del director

sábado, 16 de mayo de 2009


SÍ, pero…

Uno de los programas al que el alcalde de Sogamoso, Enrique Javier Camargo Valencia, le ha puesto alma y corazón, es el bautizado como “Sogamoseños 2025”, encaminado a favorecer a todos los niños nacidos en el curso del presente año, a partir del pasado primero de enero y con quienes se espera construir una nueva generación para la Ciudad del Sol del año 2025.

Se dice que estos niños quedarán cobijados por el Plan de Protección Integral para la Primera Infancia, garantizándoles, mediante un carné, el derecho a ser beneficiarios de todos los servicios y cuidados que requiera su salud durante la primera infancia (0 a 5 años); además, con visitas a su grupo familiar se le hará un seguimiento al desarrollo integral del pequeño, seguimiento que contempla actividades recreativas, deportivas, culturales, programas de vacunación, servicios de asesoría y atención para la lactancia materna y prioridad en los servicios de urgencia.

No se puede desconocer la importancia que el mandatario de los sogamoseños le ha dado a este programa. Es, sin duda, una buena aplicación material de la filosofía con la que Camargo Valencia construyó su programa de gobierno: cambiar el alma y el cuerpo de los sogamoseños de hoy, antes que pensar en las obras de cemento y ladrillo, propósito que gran número de ciudadanos no asimilan cuando padecen el lamentable estado de la malla vial o siguen viendo cómo la inseguridad se adueña de sus barrios, no obstante los esfuerzos que su administración ha venido haciendo por atender las quejas de sus subordinados.

Es de aplaudir el propósito de “Sogamoseños 2025”. Sí, nos sumamos a ese aplauso, pero no puede olvidarse que el piso, sobre el cual este programa se desarrolle, debe ser muy firme. Antes de dar a conocer los interrogantes sobre el cuerpo de este programa, advertimos que los mismos no nacen de una mala leche sogamoseña, predispuesta a ver siempre el único punto negro que puedan tener las cosas buenas. No, insistimos, “Sogamoseños 2025” tiene un estupendo objetivo.

Sin embargo, en nuestra opinión, y es lo que hasta ahora no hemos oído, si el programa pretende buscar un cambio en la conducta familiar y social de todos los padres de los nacidos en este 2009, procurando que ellos sean un modelo a seguir por sus hijos, quienes necesariamente serán ciudadanos diferentes a los de hoy. Pues, si estos pequeños, con toda la protección que se le asegura durante su primera infancia, se levantan bajo el cuidado de padres viviendo bajo dificultades económicas (sin empleo seguro), amantes de los vicios y del maltrato físico, poco será lo que cosechemos en el 2025.

Tampoco sabemos si este programa es solo para niños nacidos en estratos uno y dos (del sector urbano y rural) o incluye a los niños de familias de todos los estratos socioeconómicos que conforman el Sogamoso de hoy. En nuestra opinión debe incluir a todos, si no fuese así los nacidos este año llegarían fraccionados social, física y económicamente al 2025, será una generación que mantendría las odiosas diferencias socioeconómicas que gran mal han causado a tantas de nuestras generaciones. Así las cosas, no pueden, los diseñadores de este programa, desconocer que en las familias de estratos diferentes al uno y dos hay padres viciosos, irresponsables, maltratadores, hay hogares destruidos, que también necesitan un cambio de mente y cuerpo.

No sabemos qué trato se le dará a los niños nacidos en los últimos meses del año pasado y a quienes nacerán en los primeros meses del año próximo. ¿Serán víctimas de una discriminación odiosa?

Igualmente, no sabemos si los educadores de estos niños llamados a ser los “Sogamoseños 2025” están siendo preparados para tomar bajo su ejemplo y conocimientos a quienes desde ahora serán los niños mimados de la ciudad (y aplaudimos de corazón que sean los mimados, pero todos).

Y, una acotación final: ¿qué garantiza que el sucesor de Camargo Valencia continúe con este programa?, pues es tradicional que cada alcalde quiere dejar estampada su firma en cada una de sus obras y no en obras ajenas. Ojalá tengamos explicación a estos reparos, hechos con una sana intención.

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