Del Director

viernes, 29 de mayo de 2009

Sí, pero…

El arquitecto Enrique Javier Camargo Valencia llegó a la alcaldía de Sogamoso rodeado del apoyo de un sector mayoritario de los electores, quienes vieron en él una ficha clave para reorientar los destinos de este municipio. La instalación de su mandato fue un acto esperanzador, pues su discurso inaugural permitía presagiar nuevos rumbos para los habitantes de nuestro Sogamoso. La filosofía sobre la cual ha construido las bases de su Plan de Desarrollo “Sogamoso Piensa en Grande” 2008-2011, tiene como fin principal la construcción de nuevos ciudadanos, llevándolos a cicatrizar las heridas del corazón, a llenar los vacíos generados por el olvido y maltrato de otras administraciones, construcción que tiene su complemento en el acercamiento de todos sus gobernados a la actividad física. En otros términos, el lema de quienes hacen del deporte su razón de ser, “mente sana en cuerpo sano”, lo adoptó Enrique Javier Camargo para su tarea administrativa, y sobre esos dos pilares trabaja y trabaja sin desmayo, dejando las obras de cemento y ladrillo en el segundo plano de todas sus preocupaciones. Y está bien que el mandatario sea terco en sus propósitos, pero… no tanto. Por dedicarse a unos temas se descuidan otros, también muy importantes en la marcha de la ciudad.

Hemos hecho el ejercicio, de varias maneras, para tratar de establecer si los ciudadanos han entendido la filosofía de “Sogamoso Piensa en Grande” y, a decir verdad, el resultado no es favorable para el mandatario. Lamentablemente, esta inconformidad no se manifiesta con la franqueza que debiera tenerse en los mismos escenarios donde Camargo Valencia pretende hacerle un seguimiento a su obra de gobierno, como lo son los Consejos Comunitarios. Habrá que buscar el instrumento ideal para que los ciudadanos, que se quejan a espaldas de su gobernante lo hagan de frente y sin temor alguno, pues la ciudad que todos queremos debe construirse bajo el marco de una comunicación correcta, franca, respetuosa. ¿Será que hay muchas barreras para que el ciudadano se acerque a su alcalde?, ¿será que nuestro alcalde no tiene “ángel?” (los publicistas y asesores de imagen saben bien de esto), ¿será que algunos de los integrantes de su equipo de sus inmediatos colaboradores no tienen ‘ángel’ ni experiencia y por ello no dan la talla que el jefe requiere? Todavía hay tiempo de corregir, si es que esto se hace menester.

A las inquietudes anteriores se suma la posición de la mayoría de los miembros del concejo municipal, quienes se consideran olvidados, desconocidos, relegados por la administración municipal, la que –dicen- no responde a las solicitudes que ellos hacen, los proyectos de acuerdo los presenta mal elaborados, el trato que algunos funcionarios les dan a los ciudadanos no es el debido, según las quejas que llegan a la corporación. Pero, parece que la opinión que tiene la mayoría de los concejales del alcalde Camargo y de su equipo de colaboradores la ratifican otros sectores ciudadanos, como lo oímos de labios de representantes de los rectores de las instituciones educativas de Sogamoso, quienes se sienten duramente maltratados por la Secretaría de Educación. Se evidencia en la organización de varias de las actividades ciudadanas la falta de autoridad -esta afirmación es nuestra.

Así las cosas, el divorcio --que no pareciera existir, dado que el alcalde se reúne con sus ciudadanos en los llamados “Consejos Comunitarios”-- entre el mandatario y el concejo municipal, además de otros sectores de la vida ciudadana, es un mal síntoma. Señor alcalde, en sus manos está la aplicación del remedio que la situación demanda.

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