LA NUEVA IPS BOYACÁ QUIERE SALIR DE APUROS

jueves, 2 de julio de 2009


Busca un socio con buenos recursos económicos


El proceso emprendido por los ex trabajadores del liquidado Instituto de los Seguros Sociales para hacerse a la Clínica “Julio Sandoval”, en el empeño de constituirse en operadores de parte de los servicios medico-asistenciales que allí se han venido prestando, ha estado lleno de no pocos tropiezos.

Así lo reconoce el gerente de la Nueva IPS Boyacá - empresa creada por un buen número de los trabajadores que iban dejando de pertenecer al Seguro Social-, Sigifredo Fonseca González, para quien la puesta en marcha de la nueva empresa ha sido muy compleja, “pues convertir una entidad pública en una entidad privada es mucho más difícil que arrancar una entidad privada, como cambiar las actitudes, el modo de pensar no es fácil, hay que trabajar mucho con el personal; al igual que no ha sido fácil el tratar de convencer a las aseguradoras, llámese Nueva EPS, Saludcoop, Sánitas, etc., que nosotros somos una alternativa, en la prestación de servicios”.

En ese cambio de imagen de lo que fue el ISS y de lo que debe ser la Nueva IPS Boyacá se encuentra el escollo de que la clínica que ahora es de esta empresa –la que siempre fue vista como la “Clínica del Seguro Social”, estigma que no ha cambiado, pues todos dicen “vamos a la clínica del Seguro Social, tema este que ha desgastado a los directivos de la nueva empresa. Otro tema grave ha sido el de lograr que los proveedores vean que el cumplimiento de estas entidades privadas es mejor que el de las públicas no ha sido fácil; lograr vender la imagen de ser un buen pagador no es fácil”, dice el gerente Fonseca.

En una de las visitas del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, a las instalaciones de Acerías Paz del Río para invitar a los trabajadores de esa empresa a comprar acciones de Ecopetrol, Sigifredo Fonseca González presentó al Jefe del Estado el interés de los ex trabajadores del ISS de asumir la operación de buena parte de los servicios prestados por la empresa en liquidación, recibiendo éstos la voz de aliento del mandatario nacional, quien entonces los invitó a oficializar su propuesta. Al respecto Sigifredo Fonseca recuerda que Uribe Vélez les dijo: “Yo los respaldo, en el sentido de que les ayudo para que empiecen, pero ustedes tienen que conseguirse un socio financiero”. Precisamente esto último no ha sido posible, pero los administradores de la Nueva IPS Boyacá persisten en la búsqueda de ese socio, que crea en la empresa, que crea que los trabajadores pueden operar la entidad, que los aseguradores crean que quienes están al frente de la empresa pueden ser unos buenos prestadores de servicios. El presidente Uribe cumplió su compromiso hasta cuando les entregó la clínica, pero de ahí en adelante del gobernante ya no hay mucho más que esperar, y a los nuevos dueños de la clínica solo les resta cumplir con la prestación de un buen servicio.

Pleito jurídico


Al preguntar al gerente Fonseca González si el negocio hecho para adquirir la clínica y hacer realidad la Nueva IPS Boyacá se ha venido cumpliendo cabalmente, respondió que ha sido muy complejo, primero porque les han cambiado los valores, inicialmente les dijeron que valía $10.700 millones; se empezó a trabajar para pagar ese valor, del que se ha pagado una parte, y después les dijeron que sacaban el inmueble a la venta por valor de 6.000 millones. “Ahí ya hay una lesión enorme, ya hay un proceso jurídico que no sabemos cómo se va a desenvolver, los señores jueces tienen la última palabra en esto. Esperamos que haya proceso de conciliación en algún momento, puede ser a final de este año, en el que el gobierno debe darse cuenta que nosotros hemos sido unos buenos operadores de la clínica y nos pueda facilitar la forma de pago, mínimo a cinco u ocho años. “Creo que hay que persistir en encontrar un socio con buenos recursos, o que los trabajadores hagan un nuevo esfuerzo e importante en la búsqueda de recursos”, anotó nuestro entrevistado.

El reto: la especialización

Para Sigifredo Fonseca González es normal el saber que hay una fuerte competencia en el mercado de la salud, que las otras clínicas van a tratar de mantener su mercado, como ellos también están entendidos de que ello también es su tarea, y por eso están buscando nuevos segmentos del mercado, en los cuales necesariamente tendrán que especializarse.

“Nosotros nos hemos especializado en atender las personas adultas, la tercera edad; hemos mejorado mucho, nos falta mucho mejorar la calidad y la calidez de la atención, pues aún hay quienes maltratan a los usuarios por diversas razones; pero en esto estamos trabajando todos los días, pero falta mucho mejorar el compromiso institucional, la capacidad de sacrificio de nuestros trabajadores; hay mucho por hacer, pero mantenemos la idea de que lo que hemos venido haciendo lo hemos hecho bien”, afirma.

Si la Nueva IPS Boyacá continúa con el esfuerzo de especializar la clínica en patologías crónicas costosas (oftalmología, medicina interna, cardiología, ortopedia, reumatología, fisiatría, neumología, urología y neurocirugía) esta clínica asegurará un mercado grande, lo que aseguraría unas 40 a 50 camas para este tipo de especialidades y convertirnos en el oriente colombiano como la mejor institución especializada en la atención de adultos.

Tranquilidad de conciencia

El gerente de la Nueva IPS Boyacá dice que se han hecho algunas inversiones en la sede, hay muchas cosas en proyecto, donde el gobierno tendrá en algún momento que reconocer parte de esas acciones; al igual que se ha tratado de buscar una mejor atención, en el deseo de que los afiliados se sientan más cómodos. Agrega que en el 2008 tuvieron una ganancia de 300 millones de pesos y este año la cosa no va tan bien, pero aspiran a que por lo menos se mantenga el equilibrio.

El resultado del año pasado les indica que el negocio puede ser mucho mejor, pese a que –precisa- nosotros estamos compitiendo en desigualdad de condiciones. Los hospitales y clínicas trabajan a tarifas SOAT que, por decir algo, son cien pesos; en tanto que nosotros a tarifas ISS 2001, que de 100 pesos son 65; es decir, trabajamos un 35 por ciento por debajo de la tarifa normal –que así da perdida-, pese a ello los aseguradores creen en nosotros, ni aún rebajándoles. La tarifa nuestra es muy bajita y la Nueva EPS, tras que nos paga una tarifa muy baja, nos contrató por cápita –número de afiliados- , mas no por enfermedad, y esto es complejo, pues la mayoría de los afiliados de la Nueva EPS son personas de edad, con enfermedades crónicas”.

Ante el tamaño de la tarea asumida le preguntamos al gerente Sigifredo Fonseca si puede dormir tranquilo, y esta fue su respuesta: “Yo duermo tranquilo porque se que hago las cosas bien, aunque se que se debe mucha plata; duermo tranquilo porque siento que todos los trabajadores están haciendo su mejor esfuerzo, y duermo tranquilo porque mis usuarios están bien atendidos. Mi conciencia la tengo muy tranquila y por eso duermo tranquilo, y duermo tranquilo porque sé que al otro día hay mucho por hacer”.

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