SATISFACCIÓN DEJÓ LA CELEBRACIÓN DEL DÍA MUNDIAL DEL TURISMO

lunes, 19 de octubre de 2009


Un gran paso para darle a la ciudad una identidad que hoy no tiene
Gran animación reinó durante la realización del Primer Encuentro de “Pueblos Mágicos” y la conferencia de “Identidad, Territorio y patrimonio”, eventos con los cuales Sogamoso se sumó a la XXX Edición del Día Mundial del Turismo, con el lema: “el turismo consagración de la diversidad”.
En el barrio Santa Ana-Mochacá -el sector donde nació la ciudad- se llevó a cabo el encuentro cultural de “Pueblos Mágicos”, en tanto que en el Teatro Sogamoso, se adelantó la conferencia “Identidad, Territorio y patrimonio”.


Omaira Cepeda Lemus, alumna del Taller de Artes y Oficios.
Esta programación adelantada por la Secretaría de Desarrollo y Medio Ambiente, la oficina de Planeación a través de la Unidad Multiplicadora de Desarrollo (UMD), la Secretaría de Educación y Cultura, así como también por el grupo de Vigías de Patrimonio y el Consejo Provincial de Turismo Sugamuxi.
En una sola cuadra de lo que es Santa Ana-Mochacá, en el sector  donde está ubicada La Pilita de la Unión, se pudo ver, saborear y comprar los productos expuestos por el grupo de mujeres y hombres que desde hace un año vienen participando como alumnos del Taller de Artes y Oficios, que coordina la maestra Martha Pamplona. Los alumnos que están en los grupos de gastronomía, alfarería y tejeduría recibieron, para iniciar sus labores, el apoyo de la Alcaldía de Sogamoso y la Gobernación de Boyacá.


Mónica Patiño ( a la izq.) con una compañera del grupo de Gastronomía.
En Mochacá, “el pueblo mágico” que tiene Sogamoso para descubrir su nueva imagen, encontramos a Omaira Cepeda Lemus exponiendo lo que con sus manos y la ayuda de un telar ahora trabaja. Es una veterana en los tejidos, habilidad que viene seguramente de su abuela que tejía cotizas y de su mamá que hilaba lana y vendía en la plaza de mercado. En el Taller de Artes y Oficios recibía instrucción  de cuatro horas en dos días a la semana, además de charlas sobre talento humano. Este fue el debut de este grupo de artesanos y para empezar –como dijo Omaira Cepeda- “Vamos bien”. Lamentó que mucha gente que pudo vincularse a este proyecto desarrollado e impulsado desde la UMD no lo aprovechó y agregó: “éste era el queso que teníamos para comer y vender a otras personas”.
Omaira afirma que Sogamoso no tiene identidad, no hay productos que permitan identificarnos, pero ahora desde Mochacá, donde nació y creció la “Ciudad del Sol” y que se convirtió en un sector vulnerable, gentes venidas de Santa Bárbara,  Conchucua y la Florida, se empeñan en  construir la imagen que en poco tiempo sea la identidad de los habitantes de esta tierra. “Estamos felices con esto y este es el legado que vamos a dejarle a los hijos, para que desde temprana edad tengan su mente ocupada, pues una mente ocupada los estará alejando de los malos pensamientos. Con la exposición de todos los productos que elaboramos estamos dándonos a conocer y esto es lo que nos interesa”, afirma con alegría Omaira Cepeda.
Para Mónica Patiño, vecina del Museo Arqueologico y alumna del Taller de Artes y Oficios, “el evento fue muy bonito, no creíamos que se iba a ver tanto entusiasmo, la gente participó, la comunidad estuvo muy a la expectativa”. Confiesa que a quienes pertenecen al grupo de gastronomìa, les fue muy bien. “Vendimos una variedad de productos, de lo que hemos aprendido en el grupo de gastronomía: masato de maiz, masato de arroz, envueltos, tamales, manjar blanco, masapanes, arepas de maiz, fritanga. El almuerzo, el mismo que se hacía en la época de los abuelos: cuchco de trigo, gallina, sopa de rullas, cocido boyacense”, comenta.
Nos dijo que conoció el programa por una compañera que la invitó al curso y le parecio una buena oportunidad. Allí se capacita con 19 compañeras más. Antes trabajaba en diversos oficios y se quedó en este curso porque le fascina la cocina y su deseo es seguir adelante, con la esperanza de tener un restaurante, aquí en Mochacá, con el proyecto que hay de turismo, pues los proyectos que hay para Morcá, Santa Bárbara, Mochacá, el Museo y Parque Arqueológico, se enfocan a un anillo turístico interno de gran proyección.
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Hay que seguir mejorando

Martha Pamplona, coordinadora del Taller de Artes y Oficios de Sogamoso.
Martha Pamplona, una sogamoseña que se crió en Bogotá, de papá tunjano y el resto de la familia sogamoseña, estudió periodismo, profesión que no ejerció por dedicarse a la alfarería. Para ella la parte artística la lleva en la sangre, tanto de papá como de mamá; y la parte de gestión, a sus alumnas les da testimonio de que cuando salió de la universidad  vio que en su carrera de periodista no tenía cómo orientarse en cuestión de empleo y buscó un oficio. La vena artística se impuso y ésta la llevó a la alfarería, actividad a la que llegó hace 25 años y como capacitadora lleva 20, pero encontró que el periodismo para lo que es ahora su oficio le sirvió para ir indagando y haciendo preguntas también. “Uno le hace preguntas a las obras y las obras le responden de alguna manera”. En el año 2006 fue llamada por la administración de Luís Guillermo Barrera a realizar una tarea con la gente de  la vereda  de Morcá. Allí hizo un estudio del proceso que traía de años la alcaldía con otras capacitaciones y empezó a trabajar con pastas, esmaltes, temperaturas, cambios de temperaturas, dado que había problemas  en el troquelado de la cerámica, y este trabajo dio sus resultados cuando un grupo de señoras de esa vereda se presentaron en la feria tecnológica realizada en el 2006 por iniciativa de la Gobernación de Boyacá y ganaron el premio en innovación en esmaltes.
Después de Morcá se empezó  a trabajar este proceso con el arquitecto Enrique Camargo, desde el 2007, desde lejitos, colaborando con la creación de la Casa Artesanal trató de sembrar unas ideas, y desde el 2008 fue llamada a trabajar con la Unidad Multiplicadora de Desarrollo. El año pasado se hizo la primera fase, entre noviembre y diciembre, y este año la segunda fase a través de la UMD, fortaleciendo unidades productivas, pues la idea es dejar creadas unas unidades productivas, que es el grupo de tejeduría, alfarería y gastronomía. Esta tarea de capacitación se cumple en cada oficio, trayendo  elementos de rescate de oficios, de recetas antiguas y todos esos pequeños valores que se han perdido.
En este proceso de rescate de valores, ¿qué hacer para rescatar la imagen del Museo y Parque Arqueológico?
“Nosotros de hecho estamos trabajando identidad, estamos trabajando en muchos elementos. Cuando estamos trabajando unidades productivas, nosotros tenemos que trabajar, de todas formas, con unos productos con los que podemos trabajar en el mercado con ellos; y tenemos mucha identidad, pero de todas formas se hace una reevaloración y rediseño sobre ciertos productos, porque no trabajamos copias. De identidad trabajos color. Si hacemos un análisis, todos los colores que utilizamos en alfarería y tejeduría son colores que los chibchas utilizaban, como el ocre, los colores tierra; hay unas figuras que son muy muiscas, pero lo agregamos la parte de innovación que es lo que tratamos de trabajar con estas unidades.
Si se trabaja esto y a la par va la recuperación de la imagen del MuseoArqueológico, que se conozca nacional e internacionalmente, se verán notables resultados…
“De hecho ellas todo lo trabajan con base en cultura muisca, lo que pasa es que no estamos trabajando copias. Las de alfarería no trabajan copias, ellas hacen reediseños con unos elementos que les da el diseñador, porque el grupo tiene su diseñador. Los tres oficios trabajan con diseñador, y sacamos y trabajamos unos elementos, los más ricos, por ejemplo el color, que nos identifique de otras regiones. En este trabajo que adelantamos no se verán colores propios de la Guajira, sino colores muy muiscas, inclusive los logos, esa es la parte que estamos rescatando. La otra parte, para trabajar unidos con el Museo sería que tuviéramos más acceso, en cuestión temática, porque nos vemos muy cortas; llega uno el momento que tiene que acudir a internet tratando de buscar esa parte de las palabras bonitas o figuras, y nos vemos un poco maniatadas. Esa sería como la parte que sería bueno, dentro de estos procesos, tener una clase, así como tenemos la clase de talento humano, sería bueno tener la clase de historia muisca y relevante del proceso”.
¿Cómo califica el resultado de esta primera muestra de la Escuela de Artes y Oficios?
“Hoy todas llegamos con unas expectativas, tanto alumnos, como instructores y comunidad, y pienso que hoy aclaramos muchas dudas, la respuesta ha sido muy positiva. Un problema que tenemos en las capacitaciones es que las señoras dicen: “mi esposo está bravo, porque salgo todas las tardes y no sabe qué estos hciendo”. Hoy ya viendo esto dijeron, ya sabemos qué hacen todas las tardes. La respuesta ha sido muy positiva por parte de la comunidad, pues esto ha sido un esfuerzo y este es el resultado de muchos meses de trabajo. En dias pasados cuando se estaba organizando el evento, en la Secretaría de Desarrollo les dije: dennos la posibilidad de mostrar lo que estamos haciendo en las unidades productivas y sí, hemos tenido buenos resultados, pero tenemos, también, que superar muchas cosas, como la técnica, pero vamos mejorando. El reto es que este evento se hará todos los meses, el último domingo de cada mes. Entonces, el reto que viene es aun más grande, porque tenemos que presentar más y mejores cosas que las que se presentaron este 27 de septiembre. Otra idea es que el grupo de gastronomía se posicione del sector de la Pilita todos los domingos porque ellas pueden manejarlo más fácilmente, en tanto que lo de tejeduría y alfarería el trabajo es más ‘lento’. Este es un evento que ya arrancó y le corresponde a la comunidad que lo posicione”.


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