Un gran paso para darle a la ciudad una
identidad que hoy no tiene
Gran animación reinó durante la realización del
Primer Encuentro de “Pueblos Mágicos” y la conferencia de “Identidad,
Territorio y patrimonio”, eventos con los cuales Sogamoso se sumó a la XXX
Edición del Día Mundial del Turismo, con el lema: “el turismo consagración de
la diversidad”.
En el barrio Santa Ana-Mochacá -el sector donde
nació la ciudad- se llevó a cabo el encuentro cultural de “Pueblos Mágicos”, en
tanto que en el Teatro Sogamoso, se adelantó la conferencia “Identidad,
Territorio y patrimonio”.
Omaira Cepeda Lemus, alumna
del Taller de Artes y Oficios.
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Esta programación adelantada por la Secretaría de
Desarrollo y Medio Ambiente, la oficina de Planeación a través de la Unidad
Multiplicadora de Desarrollo (UMD), la Secretaría de Educación y Cultura, así
como también por el grupo de Vigías de Patrimonio y el Consejo Provincial de
Turismo Sugamuxi.
En una sola cuadra de lo que es Santa Ana-Mochacá,
en el sector donde está ubicada La
Pilita de la Unión, se pudo ver, saborear y comprar los productos expuestos por
el grupo de mujeres y hombres que desde hace un año vienen participando como
alumnos del Taller de Artes y Oficios, que coordina la maestra Martha Pamplona.
Los alumnos que están en los grupos de gastronomía, alfarería y tejeduría
recibieron, para iniciar sus labores, el apoyo de la Alcaldía de Sogamoso y la
Gobernación de Boyacá.
Mónica Patiño ( a la izq.)
con una compañera del grupo de Gastronomía.
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En Mochacá, “el pueblo mágico” que tiene Sogamoso
para descubrir su nueva imagen, encontramos a Omaira Cepeda Lemus exponiendo lo
que con sus manos y la ayuda de un telar ahora trabaja. Es una veterana en los
tejidos, habilidad que viene seguramente de su abuela que tejía cotizas y de su
mamá que hilaba lana y vendía en la plaza de mercado. En el Taller de Artes y
Oficios recibía instrucción de
cuatro horas en dos días a la semana, además de charlas sobre talento humano.
Este fue el debut de este grupo de artesanos y para empezar –como dijo Omaira
Cepeda- “Vamos bien”. Lamentó que mucha gente que pudo vincularse a este
proyecto desarrollado e impulsado desde la UMD no lo aprovechó y agregó: “éste
era el queso que teníamos para comer y vender a otras personas”.
Omaira
afirma que Sogamoso no tiene identidad, no hay productos que permitan
identificarnos, pero ahora desde Mochacá, donde nació y creció la “Ciudad del
Sol” y que se convirtió en un sector vulnerable, gentes venidas de Santa
Bárbara, Conchucua y la Florida,
se empeñan en construir la imagen
que en poco tiempo sea la identidad de los habitantes de esta tierra. “Estamos
felices con esto y este es el legado que vamos a dejarle a los hijos, para que
desde temprana edad tengan su mente ocupada, pues una mente ocupada los estará
alejando de los malos pensamientos. Con la exposición de todos los productos
que elaboramos estamos dándonos a conocer y esto es lo que nos interesa”,
afirma con alegría Omaira Cepeda.
Para
Mónica Patiño, vecina del Museo Arqueologico y alumna del Taller de Artes y
Oficios, “el evento fue muy bonito, no creíamos que se iba a ver tanto
entusiasmo, la gente participó, la comunidad estuvo muy a la expectativa”. Confiesa
que a quienes pertenecen al grupo de gastronomìa, les fue muy bien. “Vendimos
una variedad de productos, de lo que hemos aprendido en el grupo de
gastronomía: masato de maiz, masato de arroz, envueltos, tamales, manjar
blanco, masapanes, arepas de maiz, fritanga. El almuerzo, el mismo que se hacía
en la época de los abuelos: cuchco de trigo, gallina, sopa de rullas, cocido
boyacense”, comenta.
Nos
dijo que conoció el programa por una compañera que la invitó al curso y le
parecio una buena oportunidad. Allí se capacita con 19 compañeras más. Antes
trabajaba en diversos oficios y se quedó en este curso porque le fascina la
cocina y su deseo es seguir adelante, con la esperanza de tener un restaurante,
aquí en Mochacá, con el proyecto que hay de turismo, pues los proyectos que hay
para Morcá, Santa Bárbara, Mochacá, el Museo y Parque Arqueológico, se enfocan
a un anillo turístico interno de gran proyección.
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Hay
que seguir mejorando
Martha Pamplona, coordinadora del Taller de Artes y Oficios de
Sogamoso.
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Martha
Pamplona, una sogamoseña que se crió en Bogotá, de papá tunjano y el resto de
la familia sogamoseña, estudió periodismo, profesión que no ejerció por
dedicarse a la alfarería. Para ella la parte artística la lleva en la sangre,
tanto de papá como de mamá; y la parte de gestión, a sus alumnas les da
testimonio de que cuando salió de la universidad vio que en su carrera de periodista no tenía cómo orientarse
en cuestión de empleo y buscó un oficio. La vena artística se impuso y ésta la
llevó a la alfarería, actividad a la que llegó hace 25 años y como capacitadora
lleva 20, pero encontró que el periodismo para lo que es ahora su oficio le
sirvió para ir indagando y haciendo preguntas también. “Uno le hace preguntas a
las obras y las obras le responden de alguna manera”. En el año 2006 fue
llamada por la administración de Luís Guillermo Barrera a realizar una tarea
con la gente de la vereda de Morcá. Allí hizo un estudio del
proceso que traía de años la alcaldía con otras capacitaciones y empezó a
trabajar con pastas, esmaltes, temperaturas, cambios de temperaturas, dado que
había problemas en el troquelado
de la cerámica, y este trabajo dio sus resultados cuando un grupo de señoras de
esa vereda se presentaron en la feria tecnológica realizada en el 2006 por
iniciativa de la Gobernación de Boyacá y ganaron el premio en innovación en
esmaltes.
Después
de Morcá se empezó a trabajar este
proceso con el arquitecto Enrique Camargo, desde el 2007, desde lejitos,
colaborando con la creación de la Casa Artesanal trató de sembrar unas ideas, y
desde el 2008 fue llamada a trabajar con la Unidad Multiplicadora de Desarrollo.
El año pasado se hizo la primera fase, entre noviembre y diciembre, y este año
la segunda fase a través de la UMD, fortaleciendo unidades productivas, pues la
idea es dejar creadas unas unidades productivas, que es el grupo de tejeduría,
alfarería y gastronomía. Esta tarea de capacitación se cumple en cada oficio,
trayendo elementos de rescate de
oficios, de recetas antiguas y todos esos pequeños valores que se han perdido.
En
este proceso de rescate de valores, ¿qué hacer para rescatar la imagen del
Museo y Parque Arqueológico?
“Nosotros
de hecho estamos trabajando identidad, estamos trabajando en muchos elementos.
Cuando estamos trabajando unidades productivas, nosotros tenemos que trabajar,
de todas formas, con unos productos con los que podemos trabajar en el mercado
con ellos; y tenemos mucha identidad, pero de todas formas se hace una
reevaloración y rediseño sobre ciertos productos, porque no trabajamos copias.
De identidad trabajos color. Si hacemos un análisis, todos los colores que
utilizamos en alfarería y tejeduría son colores que los chibchas utilizaban,
como el ocre, los colores tierra; hay unas figuras que son muy muiscas, pero lo
agregamos la parte de innovación que es lo que tratamos de trabajar con estas
unidades.
Si
se trabaja esto y a la par va la recuperación de la imagen del MuseoArqueológico,
que se conozca nacional e internacionalmente, se verán notables resultados…
“De
hecho ellas todo lo trabajan con base en cultura muisca, lo que pasa es que no
estamos trabajando copias. Las de alfarería no trabajan copias, ellas hacen
reediseños con unos elementos que les da el diseñador, porque el grupo tiene su
diseñador. Los tres oficios trabajan con diseñador, y sacamos y trabajamos unos
elementos, los más ricos, por ejemplo el color, que nos identifique de otras
regiones. En este trabajo que adelantamos no se verán colores propios de la
Guajira, sino colores muy muiscas, inclusive los logos, esa es la parte que
estamos rescatando. La otra parte, para trabajar unidos con el Museo sería que
tuviéramos más acceso, en cuestión temática, porque nos vemos muy cortas; llega
uno el momento que tiene que acudir a internet tratando de buscar esa parte de
las palabras bonitas o figuras, y nos vemos un poco maniatadas. Esa sería como
la parte que sería bueno, dentro de estos procesos, tener una clase, así como
tenemos la clase de talento humano, sería bueno tener la clase de historia
muisca y relevante del proceso”.
¿Cómo
califica el resultado de esta primera muestra de la Escuela de Artes y Oficios?
“Hoy
todas llegamos con unas expectativas, tanto alumnos, como instructores y
comunidad, y pienso que hoy aclaramos muchas dudas, la respuesta ha sido muy
positiva. Un problema que tenemos en las capacitaciones es que las señoras
dicen: “mi esposo está bravo, porque salgo todas las tardes y no sabe qué estos
hciendo”. Hoy ya viendo esto dijeron, ya sabemos qué hacen todas las tardes. La
respuesta ha sido muy positiva por parte de la comunidad, pues esto ha sido un
esfuerzo y este es el resultado de muchos meses de trabajo. En dias pasados
cuando se estaba organizando el evento, en la Secretaría de Desarrollo les
dije: dennos la posibilidad de mostrar lo que estamos haciendo en las unidades
productivas y sí, hemos tenido buenos resultados, pero tenemos, también, que
superar muchas cosas, como la técnica, pero vamos mejorando. El reto es que
este evento se hará todos los meses, el último domingo de cada mes. Entonces, el
reto que viene es aun más grande, porque tenemos que presentar más y mejores
cosas que las que se presentaron este 27 de septiembre. Otra idea es que el
grupo de gastronomía se posicione del sector de la Pilita todos los domingos
porque ellas pueden manejarlo más fácilmente, en tanto que lo de tejeduría y
alfarería el trabajo es más ‘lento’. Este es un evento que ya arrancó y le
corresponde a la comunidad que lo posicione”.
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