EL INICUO VÍA CRUSIS DE LA SALUD EN SOGAMOSO

martes, 24 de noviembre de 2009


En la Nueva Eps los pacientes llevan las de perder
Miserable, por decir lo menos, es la suerte de los afiliados a las empresas prestadoras de salud en Sogamoso. La publicidad que de ellas se hace por radio y televisión es un engaño, pues otro es el calvario a que son llevados los afiliados y beneficiarios cuando por cualquier circunstancia deben acudir a sus “servicios”.
A continuación presentamos  las estaciones de uno de estos vía crucis, como una sola muestra de lo que es ese suplicio, vivido en carne propia por una de las tantas víctimas de la Nueva eps, empresa que se promociona como “afortunados de ofrecer un nuevo servicio de salud”.
I Estación:
El paciente acude, afectado por severos problemas oftalmológicos, al especialista, quien tras el examen correspondiente formula un producto No Pos (no incluido en el Plan Obligatorio de Salud), adjuntando la historia clínica que respalda la necesidad que al enfermo se le suministre ese medicamento esencial.
II Estación:

Aviso que no orienta.
Después del mediodía del día martes 13 de octubre el paciente se dirige al Edificio Colombia, con sus años acuestas, para adelantar los trámites requeridos para la entrega del mencionado medicamento. El martirio comienza con el ascenso al “monte calvario”  por una pesada cuesta, que son las escaleras que dan acceso al edificio administrativo de la Nueva eps, cuya coordinadora es la doctora Sonia Pulgarín.
El paciente solicita la ficha que le garantiza ser atendido por el orden de llegada.  Al llamado del número que le tocó en suerte informa el por qué acude a los servicios de esa Eps. Y tras su inquietud recibe el primer latigazo: “Las autorizaciones se dan únicamente entre ocho de la mañana y doce meridiano. No ve el aviso que hay allí y en efecto allí hay un aviso que no orienta nada ni a nadie: “Horario de radicación CTC únicamente de 8:00 a.m. a 12:00 p.m., gracias”. La funcionaria se muestra bondadosa diciéndole al paciente: “tiene que venir el martes, hace cola y con gusto lo atendemos, y para que vaya ganando tiempo lleve este formulario para que el médico que lo atendió lo llene y el martes cuando venga lo trae, no se le olvide”. El documento adjunto al formulario tiene este encabezado:” Señor Afiliado: a continuación le explicamos lo que debe hacer para tramitar una orden médica de un procedimiento, medicamento o insumo que no esté contemlado en el Plan Obligatorio de Salud…”, pero lo curioso es que el documento se ocupa de informar lo que debe hacer el médico en estos casos y al afiliado lo responsabiliza “del cuidado con que se diligencien los documentos señalados”, cuidado del que depende que no se presenten devoluciones o demoras injustificadas… Asunto curioso este, pues el afiliado está obligado a saber más que el galeno para rechazar o no el formulario que éste sabiamente debe llenar. Vainas de la tramitomanía y no de la tramitología.
El paciente sale con la cabeza gacha,  cavilando sobre el significado de las letras CTC que aparecen en el aviso y solo encuentra que CTC era la sigla de la Confederación Colombiana de Trabajadores que dirigiera el asesinado líder sindical José Raquel Mercado. Luego hace memoria y recuerda que tres meses atrás la atención para este trámite era entre las 8:00 y 10:00 horas de la mañana y entre las 2:00 y 4:00 horas de la tarde, de lunes a viernes, donde atendía una doctora que a veces estaba de buenas pulgas y otras no.

Los pacientes ascienden al “monte calvario” en que se ha convertido la Nueva EPS en Sogamoso.
El frustado paciente sale con su formulario y lo lleva al consultorio del oftalmólogo, que tiene su consultorio en el edificio El Sol, del Parque de La Villa, para que lo llene. Allí una formal secretaria lo atiende y le dice: “con gusto, venga el martes, si quiere bien temprano, para que lleve el formulario debidamente diligenciado”.
III Estación:
El paciente se presenta en la tarde del miércoles 14 de octubre, porque quiso dar unas horas de ventaja para que al llegar el formulario de marras estuviera listo. Y efectivamente lo estaba y  al recibirlo de manos de la gentil secretaria se dice: “ya con este papel, madrugo mañana y tramito la autorización para el bendito medicamente No Pos”, y con su papel en la mano sale del consultorio del doctor Fernández -como el jibarito de la canción con que el animador de la televisión, Pacheco, se estrenó como cantante-, “lleno de contento con su cargamento” de ilusiones.
IV Estación
El paciente llega al “monte calvario” hacia las diez de la mañana del jueves 15 de octubre, recibe su ficha para hacer turno y cuando lo llaman presenta fórmula, formulario y copias de documentos, por si acaso se presenta algún inconveniente. Y ni mago que fuera, ¡se presentaron! La funcionaria examina con detenimiento los papeles, mientras el afiliado a la Nueva eps repasa el aviso y al encontrarse con las letras CTC se atreve a preguntar: ¿y qué significa CTC? La funcionaria sin levantar la cabeza responde: “Comité Técnico Científico”. Si estas tres palabras aparecieran en el avisito tampoco orientarían a nadie. Sorpresivamente la funcionaria empieza a hacer reparos sobre los documentos que están en sus manos y dice: “en el resumen de la historia médica no está claro si el medicamento que le formulan es el comercial o el genérico”, a lo cual el paciente pregunta: ¿Dígame señorita, el que no haya esa precisión es culpa mía?”, y ella responde, “no, pero el asunto es que no está claro”, dice como aceptando la reacción del hombre y prosigue su minuciosa exploración de papeles. Segundos despues, como su hubiera hallado la clave reina para martirizar al paciente, expresa: “En el formulario, el médico no precisa la dosificación del medicamento, por lo cual me resulta necesario devolverle el formulario para que el oftalmólogo lo corrija y aclare”. “Un momento, señorita, y si es falla del médico por qué el paciente tiene que pagar los platos rotos, ¿por qué no le indican a los médicos la forma precisa como deben llenar ess formularios?, yo no creo que el médico se haya equivocado, o es que el médico es un bruto”, termina preguntando el ya alterado tramitador, tomando un lapicero y encerrando con un círculo el punto donde el oftalmólogo indicó la dosificación del medicamenteo y vuelve a preguntar: “¿Es que el médico es un bruto, que no sabe de dosificaciones del producto?” y la funcionara apenas acierta a decir “parece que sí; pero tengo que devolver el formulario para que el médico haga las precisiones”.
V Estación:
Con la cola entre las piernas, el paciente sale raudo hacia el consultorio del oftalmólogo buscando remedio para las observaciones de la funcionaria. Allí lo recibe la gentil secretaria, quien se sorprende de los reparos hechos. Son las doce del día. Ella consigue a su jefe por celular y le informa lo acontecido, tras lo cual solicita dejar el formulario para que el doctor Fernández atienda las exigencias de la tramitomanía. Por fortuna el paciente pudo ser atendido ese día, pues al día siguiente el médico entraría a disfrutar de un periodo de vacaciones.
VI Estación
El viernes 16 de octubre llueve intensamente sobre la ciudad. El paciente regresa al consultorio del médico Fernández y allí encuentra el formulario con la claridad exigida por los tramitómanos de la Nueva eps, e inmediatamente se dirige al “monte calvario” situado en el segundo piso del Edificio Colombia. Son las 10:15 de la mañana, con su ficha de turno en mano toma lugar en la sala de espera. Tras varios minutos, ¡milagro!, una de las funcionarias llama al martir, sin que por la ficha sea su turno, para atenderlo. Le pide los papeles y empieza a revisarlos, de pronto como que encuentra oportunidad para devolver el formulario, pero se frena y hace que el paciente nuevamente tome asiento en la sala de espera. La demora en que éste  volvió a ser llamado le dio tiempo  a éste para escribir el siguiente breve poema que tituló “Protesta”, tenieniendo como destinataria a la doctora Sonia Pulgarín, coordinadora de la Nueva eps en Sogamoso:
Cada día la muerte asoma sus fauces
llega vestida con nombres rimbombantes
Nueva eps, Saludcoop, seguridad social
sus almas como sus corazones son yertos
mientras la fila de los sentenciados crece
sometidos al arbitrio de funcionarios indolentes
haciendo más penoso el curso de papeles
a cada petición esgrimen razones insolentes.
Así la vida de los pacientes se escabulle en trámites
en ires y venires, para llevarlos a la muerte.
¡En mi patria la salud no tiene precio!


Al momento de pedir una cita se inicia el calvario en la Nueva EPS.
Transcurridos largos minutos, la empleada llama al paciente para entregarle la autorización para reclamar el medicamento No Pos. Antes de abandonar el “monte calvario”, el mismo paciente indaga a la funcionaria si con essa autorización puede ir directamente a la farmacia a solicitar la entrega del medicamento o tiene que ir a que le transcriban la fórmula y ella responde: “No, vaya directamente a la farmacia, que sin ningún problema le entregarán la droga”. Con el alma animada el paciente sale orondo rumbo a la farmacia de la Nueva eps, frente al Palacio de Justicia.
VII Estación:
Faltan diez minutos para las 12 del día, la hora en que la farmacia suspende la atención al público- El paciente saluda y presenta la autorización que lleva para que le entreguen el esquivo medicamento. La empleada que atiende el dispensario procede al lleno de los papeles para hacer la entrega cuando… “No señor, no le puedo entregar el medicamento porque tiene que ir a la sede de la Nueva eps, de la carrera 10ª para que le transcriban la fórmula”. Como alma que lleva el diablo, el paciente con la velocidad que le permiten sus gastadas piernas, recorre la media cuadra que distancia las dos sedes y allí encuentra, por fortuna, a una doctora encargada ahora de la tarea de transcribir fórmulas. Con la nueva fórmula, el afligido paciente hace que sus pies vuelen y llega a la farmacia donde la empleada está cerrando la puerta, porque ya es hora de irse almorzar, pero ella gentilmente lo atiende y termina el trámite para entregar la deseada medicina. Así termina este penoso vía crucis, el mismo que a diario decenas de hombres y mujeres, enfermos de todas las condiciones, campesinos sin capacidad de defensa, realizan para intentar alargarle a su vida unos años más.

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Cómo hacer menos penoso el calvario
Tras haber concluido la nada fácil faena, el paciente hace estas preguntas a los tramitómanos de la Nueva Eps:
1. ¿Por qué no proveen a los médicos generales y especialistas de formularios para tramitar los servicios no incluidos en el POS?
2.- ¿Por qué no instruyen a los médicos generales y especilistas sobre cómo llenar esos formularios?
3.- ¿Por qué no instruir o capacitar a los médicos generales y especialistas que deben incluir en el resumen de la história clínica que debe acompañar a los formularios de marras?
4.- ¿Por qué no instalar una batería de baños en el “monte calvario” del edificio Colombia para el servicio de los pacientes -hombres y mujeres- que deben permanecer bastante tiempo en la sala de espera?

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